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Familias de APNABI profundizan en el conocimiento sobre los trastornos alimenticios en las personas con autismo

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Más de un centenar de familias de la Asociación APNABI-Autismo Bizkaia ha participado en una jornada formativa sobre los trastornos alimenticios en las personas con autismo, en la que se ha abogado por una intervención temprana para hacer frente a estos problemas, cuyas consecuencias tienen efectos físicos, en la conducta y en el aprendizaje, además de alteraciones en los ámbitos familiar y social. El encuentro, que se ha celebrado en Bilbao, se enmarca en el foro denominado Aula APNABI, desde el que esta organización promueve la formación de las familias asociadas con el fin de ofrecer respuestas a las dudas e inquietudes que surgen en el cuidado y la atención de las personas con trastornos del espectro del autismo (TEA).

El presidente de APNABI, Mikel Pulgarín, ha puesto de relieve en la presentación de la jornada la trascendencia que los trastornos de la alimentación tiene en las personas con autismo y sus familias.  Ha señalado, asimismo, que la jornada forma parte del programa que esta asociación lleva a cabo para fomentar los hábitos de vida saludable entre las personas con TEA, mediante la promoción de la actividad deportiva, la alimentación sana y ordenada y las buenas prácticas para evitar el sedentarismo y disfrutar de las emociones.

La jornada ha contado con la intervención de la ponente Nuria Hernando, psicopedagoga y maestra, que dirige el Colegio AUCAVI (Fundación AUCAVI) y que es coautora de la “Guía de intervención ante los trastornos de la alimentación en niños y niñas con TEA".

En su conferencia, la ponente ha expuesto que, según estudios, la prevalencia de las alteraciones de la alimentación, desde muy graves a leves, alcanza al 90 por ciento en personas con autismo. De ese porcentaje, ha señalado que del orden del 70 por ciento está relacionado con causas de hiperselectividad (entre ellas la inflexibilidad mental o la invariabilidad hacia los cambios). Refirió, asimismo, otros causas como las alteraciones sensoriales o gastrointestinales, de coherencia central o las derivadas de enfermedades, intolerancias o alergias, y un factor que asoció con la necesidad que tienen determinadas personas de manifestar su capacidad de autodeterminación para influir en su entorno familiar.

Nuria Hernando animó a las familias a que confíen en los profesionales y soliciten ayuda. “La intervención profesional en el ámbito de la alimentación de las personas con autismo no tiene recetas universales—ha dicho—. Sin embargo, cuando hay intervención, se producen mejoras”. “Cada persona con TEA es un mundo. El objetivo final es conseguir que el acto de comer se convierta en algo agradable”.