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Continúa el retraso en la implantación de la especialidad de Psiquiatría infantil y adolescente

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La creación de la especialidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente acumula un nuevo retraso en su implantación, tras más de 10 años de reivindicaciones por parte de familias y profesionales. A pesar de estar en avanzada tramitación el borrador del Real Decreto a través del que se creaba el título de médico especialista en Psiquiatría del Niño y del Adolescente, habiéndose aprobado el pasado abril por el Consejo Interterritorial, la medida no ha proseguido su tramitación y no ha podido implementarse. 

En la actualidad, España y Bulgaria son los únicos países europeos que carecen de esta especialidad, y desde las instituciones europeas, desde la comunidad profesional y desde las propias familias, se insiste en la absoluta necesidad de eliminar los bloqueos existentes para que esta modificación normativa y la consiguiente creación de la especialidad sea una realidad próxima.

 

La regulación de la Psiquiatría infantil y adolescente

En la actualidad, la formación de los profesionales sanitarios, específicamente de los médicos, es realizada a través del MIR e implica una única rotación por el servicio infanto juvenil de alrededor de cuatro meses de duración. A través de la creación de la nueva especialidad, esta formación se realizaría en su totalidad dentro de este ámbito, por lo que el conocimiento, experiencia y formación de los profesionales alcanzaría una especialización mucho mayor, no sólo dentro del terreno infanto juvenil, sino también en materias específicas dentro del mismo.

 

La importancia de la especialización en el ámbito de la salud mental

La carencia de esta especialidad tiene importantes consecuencias tanto para el propio menor, como para la familia y los profesionales. Diagnósticos tardíos o erróneos, sobremedicación o intervenciones no adecuadas a las necesidades de los menores, son sólo algunas de las consecuencias que se señalan del abordaje generalista de la salud mental infanto-juvenil. Las familias también se ven afectadas, de manera que la intervención no siempre recoge sus necesidades y el rol activo y participativo que debe representar en cualquier intervención orientada al colectivo infanto-juvenil. Por su parte, los profesionales se ven abocados a ampliar su formación de manera particular, pues las rotaciones formativas solo abarcan 4 meses de formación específica en el ámbito infanto-juvenil.

Por ello, esta cuestión se ha reivindicado de manera continuada por diversas entidades y plataformas del ámbito profesional y de las familias, que reclaman la implementación urgente de esta especialidad como medida para garantizar una atención de calidad al colectivo, limitar la actual heterogeneidad de formación entre los territorios y adecuar la detección e intervención a las verdaderas necesidades existentes de la población infanto-juvenil.

 

Un nuevo freno a la especialidad

Tras estos años de reivindicación de la especialidad y según se ha conocido a través de los medios de comunicación, el Gobierno no aprobará la creación de la especialidad de Psiquiatría Infantil hasta que se publique le nuevo decreto de la Formación Sanitaria Especializada, que regula el examen MIR y el resto de formación sanitaria y que anunciaron el pasado enero. Este nuevo Real Decreto supondría la creación de ocho nuevas especialidades, entre las que también se encuentra la Psicología de la Infancia y la Adolescencia. Tal como se ha conocido también desde los medios, el departamento de ordenación profesional plantea presentar una propuesta inicial este mes de abril para que las comunidades autónomas, los colegios profesionales y otros organismos relacionados, puedan hacer las propuestas que consideren pertinentes.

Desde Autismo España, consideramos esencial la prestación de un servicio de atención integral, específica y especializada, que se base en el desarrollo potencial de la persona e incluya su participación activa y la de su familia y el resto de entorno, abogando por la coordinación y la participación de profesionales de diferentes disciplinas. La garantía de una detección precoz y una atención específica y especializada, con un enfoque integral y centrado en la persona y mediante un equipo interdisciplinar, es algo que resulta esencial no solo en el caso de las personas con TEA, sino en numerosas condiciones de salud que afectan al bienestar emocional y a la salud mental infantil y adolescente. Es por ello que esperamos que la creación de esta especialidad sea un horizonte cercano, y que en su desarrollo se vean incorporados los conocimientos necesarios para responder a las características específicas del TEA y a las necesidades vinculadas a la salud mental de los niños, niñas y adolescentes que lo presentan.