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Atención sanitaria específica e integral, esencial para garantizar el derecho a la salud de las personas con autismo

“La cobertura sanitaria universal es esencial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, nuestro plan para un futuro mejor para las personas y el planeta”. Así lo aseguraba el año pasado António Guterres, Secretario General de la ONU, con motivo del Día Internacional de la Cobertura Sanitaria Universal, que se celebra, desde 2017, cada 12 de diciembre. Este pensamiento está hoy más vigente si cabe, en un año marcado por la pandemia de la COVID-19, que ha puesto de manifiesto que no todas las personas tienen acceso a servicios de salud de calidad. 

Por lo que respecta a las personas con trastorno del autismo (TEA), conforman un colectivo especialmente vulnerable frente al contagio y las consecuencias sanitarias de la pandemia. Muchas de ellas presentan condiciones asociadas que comprometen su salud (trastornos neurológicos, cardíacos, endocrinos, respiratorios…) e incrementan el riesgo frente a la COVID-19. Asimismo, tanto las propias personas con TEA como sus familias se han visto especialmente afectadas en cuestiones relacionadas con su bienestar emocional y su salud mental, incrementándose, en muchos casos, las necesidades de apoyo en este ámbito. Y es que las personas con TEA precisan una atención integral a su salud, que tome en consideración tanto los aspectos relacionados con el bienestar físico como con el bienestar emocional. Esta atención deberá responder a las necesidades derivadas de las características del TEA y también a las necesidades específicas que manifieste cada persona. Para ello será imprescindible el conocimiento de los y las profesionales de la salud sobre las necesidades del colectivo, y también la adaptación tanto de la atención sanitaria como de las condiciones en las que ésta se presta. 

Principales reivindicaciones de Autismo España en materia de salud y atención sanitaria

La Estrategia Española en TEA, aprobada por el Gobierno en 2015 con el apoyo de todos los grupos parlamentarios, es el marco de referencia en la definición de acciones estatales, autonómicas y locales para la garantía de la igualdad de oportunidades y el disfrute efectivo de los derechos de las personas con TEA y sus familias. Este texto recoge tres líneas estratégicas específicas muy importantes para el colectivo en materia de salud: 

  • una detección y un diagnóstico precoz 

  • una atención temprana personalizada 

  • una atención sanitaria adaptada a las necesidades del colectivo 

La falta de conocimiento sobre el TEA, unida al desarrollo heterogéneo de procedimientos de detección en función de cada Comunidad Autónoma, provoca diagnósticos tardíos y, con ello, un retraso en el acceso a una intervención y a los recursos especializados de manera temprana, algo que repercute de manera muy positiva en la calidad de vida en el caso de los niños y niñas con TEA, así como de sus familias. Por ello, desde Autismo España pedimos promover la capacitación de los y las profesionales y fomentar el acceso a una valoración diagnóstica especializada realizada por un equipo interdisciplinar, así como a una atención temprana de calidad hasta los seis años en el caso de los niños y niñas con TEA, con independencia de su lugar de residencia. 

Por lo que respecta a la atención sanitaria, las personas con TEA pueden necesitar apoyos específicos, debido en parte a las propias características del trastorno. Por ello, son necesarias medidas que promuevan una atención específica e integral a su salud, ajustada a sus necesidades. Para ello, es preciso adaptar tanto la propia atención como las condiciones en las que se presta: teniendo en cuenta las necesidades comunicativas de la persona, reduciendo los tiempos de espera, informando con antelación de los pasos a seguir durante la consulta, prescindiendo de elementos o estímulos sensoriales que puedan causar malestar, etc. También resulta imprescindible la promoción de una atención interdisciplinar y especializada a la salud mental de las personas con TEA, prestando una especial atención a la posible comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos en las distintas etapas de la vida. 

Atender a las necesidades y prioridades de las personas con TEA en materia de salud contribuirá a mejorar su calidad de vida y favorecerá el acceso igualitario al sistema sanitario y, con ello, la eliminación de barreras para el disfrute de un derecho fundamental. En este sentido, la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad reconoce el derecho de estas personas a gozar del más alto nivel posible de salud sin discriminación por razón de discapacidad, que es precisamente lo que reivindicamos en un día como hoy para todas las personas con TEA.